Natalia Doco: “Siempre estuve convencida de que iba a dedicarme a la música”

Foto: María Paula Desch.

Hija de artistas por esencia, Natalia empezó desde niña a soñar con ser música. Entre las canciones que su papá cantaba y la música que escuchaba su mamá en el taller de costura, Nati comenzó a sentir que lo suyo iba por ese lado. Y así fue como, al terminar la secundaria y luego de intentar estudiar una profesión, se fue a México por varios años, donde fue marcando los primeros pasos de su carrera musical.

Mientras disfruta de “la casa del árbol” (cómo decidieron llamar a su hogar) junto a su pareja, el reconocido músico francés Florian Delavega y su recientemente nacido bebé, hablamos con ella a la distancia, y con la dulce y cálida voz que la caracteriza, esto fue lo que nos contó.

¿Cuándo sentís que nace tu vínculo con la música?

Eso surgió de muy chiquita, cuando estaba en casa con mi papá. Él tocaba la guitarra y cantaba y a mí me encantaba cantar con él y aprenderme las canciones. Por otro lado, mi mamá estudió alta costura y tenía su taller en casa, así que todo el día trabajaba escuchando música.

Mis papás son los dos muy creativos. Él es médico porque estudió una profesión, pero creo que si hubiera querido dedicarse de lleno a la música, lo hubiese hecho.

Recuerdo que había muchos vinilos en casa, de The Beatles, de Queen, de todo ese tipo de música internacional que le gustaba a mi mamá. También había un living que tenía una escalera, y a mis cuatro años yo actuaba y decía que ese era mi camarín, y hacía que tocaba la guitarra. Siempre estuve convencida de que iba a dedicarme a la música.

Al llegar a quinto año de la secundaria, Natalia tenía que decidir qué iba estudiar. Ella estaba convencida de que quería empezar el conservatorio de música, pero sus papás no la apoyaban en esta decisión.

«Mi papá me decía que tenía que estudiar una carrera y yo insistía con hacer el conservatorio. Esta programación que a veces tienen los padres conque si tenés alguna profesión seria, por decirlo de alguna manera, vas a tener más posibilidades. Entiendo que en su generación haya funcionado, pero hoy ya nada te asegura nada», sostiene Natalia, recordando ese momento de su vida.

«Así que finalmente me anoté en Diseño, quería hacer lo mismo que mi mamá porque me gustaba crear la ropa, y hasta el día de hoy lo hago yo misma. Es algo que me encanta. Fui tres días al CBC y le dije a mi papá que no quería seguir más, no era lo mío. Así que me anoté en el conservatorio, hice dos años y empecé a viajar. Nunca terminé el conservatorio, yo no nací para estudiar», cuenta entre risas. «En ese momento ya cantaba en algún que otro bar, y desde ahí lo empecé a sentir como algo más serio, como una profesión».

Foto: Vincent Assié

Viajes de introspección

Primero hice un viaje por Argentina, quería viajar sola para saber hasta dónde podía llegar. A los 21, estando de viaje, cuando me estaba haciendo muy la hippie, en el norte del país, me llaman de Telefe para confirmarme que había quedado en Operación Triunfo, donde previamente, sin estar muy convencida, me presenté. Eso fue un antes y un después en mi vida, fue una experiencia tan espantosa que luego decidí irme a vivir a México.

En ese tiempo tenía una banda y tocábamos bastante seguido en un bar que tenía mucho público. Hice mucha plata en ese entonces y decidí invertirla para un proyecto con el cual perdí todos mis ahorros.

Así que volví a Argentina con una depresión terrible; no quería estar acá ni allá. Entonces mi papá me propone adelantarme el regalo de los 30, que creo que me faltaban todavía uno o dos años para cumplirlos, y que me fuera a Europa con una amiga que estaba por viajar. Así que nos fuimos de viaje, y la última noche que estuve en París lo conocí a Flo Delavega, nos amamos, me fui, y después me lo encontré en otro bar.

Él era profe de escuela, después empezamos a hacer canciones, hicimos algunos videos que funcionaron. Luego cada uno hizo su proyecto musical, nos mudamos un montón de veces por todo París, y hoy formamos una hermosa familia.

El Buen Gualicho, un disco muy espiritual

La canción que le dio origen fue precisamente El Buen Gualicho. Primero vino Respira pero no como algo conceptual, que fue lo que trajo después El Buen Gualicho.

Respira aparece porque estaba bastante frustrada con mi primer disco, había hecho muchas concesiones, hubo temas que no pude poner y otros que no quería hacer. Sentía que yo tenía la culpa por no haber respetado la voz interior, así que estaba en conflicto conmigo misma. Tenía muchas voces interiores peleándose, así que sale el tema Respira.

Con el paso del tiempo, esta sensación de frustración se fue agudizando y entendí que tenía que encontrar esa voz que me llevaba a lo que realmente quería hacer. Una noche hice una serie de rituales para encontrar el mensaje que estaba buscando, y durante ese momento escribí El Buen Gualicho completa, fue algo que me salió desde adentro.

Fue muy lindo, es muy raro componer un tema completo de una sola vez. Creo que el ritual fue mágico y recibí esa canción desde algún lugar.

Es un disco que grabé en Argentina, con diferentes músicos del país.

La tapa del disco la hizo la ilustradora Chivy Salado. Las fotos estuvieron a cargo de Paula Desch; Irene Lasivita fue la ilustradora del clip de Respira y Luli Rodriguez, la creadora de Laïta, la marca francesa de carteras artesanales, con quien diseñamos las bolsas del disco.

El material completo de «El Buen Gualicho»

Sos muy espiritual, ¿cómo lo aplicás en tu vida diaria?

Desde que nació mi bebé es un poco complicado porque es una adaptación muy grande, pero trato de bajar al bosque donde estamos viviendo. Acá es como si no hubiera pasado el hombre, es un lugar muy natural, así que entro en conexión con otras energías que son las que me ayudan a conectarme y bajar las canciones.

Hay momentos en los que gana más mi mente y me pierdo los momentos presentes, hasta que me doy cuenta y vuelvo. Todos los días uno va oscilando entre eso, creo que es la nueva era que se viene, hoy es mejor ser que pensar.

¿Cómo te encontrás personal y musicalmente?

Con muchas ganas de seguir presentando el disco en los diferentes lugares del mundo. Quedé embarazada cuando estaba a punto de sacarlo, pero decidí hacer la gira igual, aunque tuve que parar en un momento porque había mucho riesgo. Así que de a poco voy retomando todo de nuevo, pero bien tranqui, sin programar tantas fechas seguidas.

¿Qué es lo que más extrañás de Argentina?

Lo que más extraño son mis amigas, vivíamos todas en el mismo barrio y nos visitábamos a cualquier hora. Pero si hay algo que tiene de bueno este auge de la tecnología es poder comunicarnos constantemente. Hoy hablamos todo el tiempo por WhatsApp, tomamos mates a través de videollamadas, las siento cerca.

Cuando me fui a México eso no pasaba, eran tiempos muy distintos. Recuerdo que mandaba un mail cada dos meses, cuando podía o me acordaba. Hoy siento que soy cada vez menos nostálgica.

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