Urano ingresa a Tauro: tiempo de cambios inesperados

Por Yoana Dvorachuck

En la mitología clásica, Urano, el viejo dios de los cielos, era un dios masculino, asociado con el elemento aire, y sus ideas circulaban en la mente celestial donde las pautas de las ideas cuyo tiempo tenía aun que llegar, existían sólo como orden potencial.

Luego surge el matrimonio entre Urano y Gaia (madre tierra), entre el aire y la tierra, que simboliza la relación entre la idea y la forma, entre la visión y su manifestación. Con el tiempo llegaron a producirse conflictos elementales en ese matrimonio. Urano estaba muy ocupado en su papel de mente soñadora y creativa, e imaginaba hermosas ideas para introducirlas al universo. En sus irregulares descensos para fertilizar a Gaia con las semillas de sus últimas ideas; quedo impactado al darse cuenta que estaba, en realidad, creando una unión con la tierra. Sus hermosas visiones dieron nacimiento a lo que él considero monstruos. Rechazo a sus hijos y negó su paternidad. Sin embargo, Gaia estaba dispuesta a aceptar a sus hijos, después de todo estaban recubiertos de materia terrena, como ella misma, y por eso su fealdad era solo una apreciación de Urano. Gaia exigió a sus hijos (Titanes), que se vengaran de su padre. Cronos fue el titán que escuchó las suplicas de Gaia y emprendió una acción directa contra Urano. Mientras éste se acercaba a Gaia, Cronos lo estaba esperando, agarró los genitales de Urano, y con una hoz afilada castró a su padre; después lanzó los genitales cortados al mar. Cronos, simbolizado por Saturno, es el que define las fronteras, los anillos que no deben traspasarse, e impone el poder de los ciclos rítmicos del tiempo sobre toda la humanidad.

De los tres planetas transpersonales (Urano, Neptuno y Plutón), Urano es el más cercano a la tierra y el primero que se descubrió. Estos tres planetas tienen un efecto colectivo y estimulan la actividad dentro del nivel mental del inconsciente colectivo: La polaridad Urano- Saturno es la clave para comprender el efecto de la energía de Urano en la humanidad y en cada individuo. Es un conflicto entre el orden, y el caos; lo conocido y lo desconocido. El impulso uraniano es un impulso de rebelión que surge de una necesidad personal de ser independiente y de romper con las convicciones, despojándose de los impedimentos personales para renacer como una persona nueva, liberada de viejas pautas, esa persona que siempre ha estado escondida dentro de un individuo eficiente, organizado y disciplinado.

Momentos de cambios

La actividad de Urano causa, con frecuencia, problemas en la relación de pareja, como reflejo de la relación mitológica. Esa necesidad de verse libre de compromisos y responsabilidades es también frecuente.

Desde 1935 que Urano no pasaba por Tauro, en éste último paso, dejo reformas en lo social, humanitario, político y económico. Lo podemos ejemplificar a la perfección con la política intervencionista de Roosevelt en estados unidos, lo que se llamó “New Deal”, nuevas ideas y maneras de sostener a la parte más pobre de la población que había sido afectada por las crisis económicas de esos años. Nació en éste tránsito un modelo que se sostiene hasta el día de hoy en diversos programas. Hoy después de 83 años.

Urano en tauro entonces viene a mover nuestras bases, nuestra estructura. Lo que creemos, lo que damos por sentado que así sea y deba ser, expresándose de una manera rebelde, diferente y revolucionaria. Este movimiento de lo establecido concreto, genera una resistencia y en esa resistencia es donde vemos los conflictos de este tránsito. Debemos reconocer ésta energía para poder darle paso a los cambios de la manera más armoniosa posible.

Para esto también es ideal conocerse a uno mismo, conocer su carta natal astral, para saber de esta manera en que ámbito de la vida se verá más movilizada, y como se relaciona con los demás aspectos.