Con el paso del tiempo, Perú se convirtió en uno de los destinos más visitados en Sudamérica. No solo por su imponente Machu Picchu, sino también por sus ciudades como Lima, sus impresionantes lagunas y el maravilloso mar azul que se apodera del norte del país.
Así que, si los próximos meses tenés pensado visitarlo y estás armando tu plan de viaje, te contamos todo lo que tenés que tener en cuenta antes de emprender vuelo…o bus.
Cómo llegar
Si vas desde Argentina o algún país vecino, hay dos maneras de hacerlo: por tierra o por aire.
La primera vez, nos animamos y llegamos en auto, pasando primero por Bolivia (también podés hacerlo por Chile).
Si vas por tierra, no es necesario tener pasaporte. Al pasar por países limítrofes (Bolivia o Chile) con Documento Nacional de Identidad, ya es suficiente. Si viajás en avión, el pasaporte es requisito fundamental.
Con respecto a los pasajes de avión, el costo de los vuelos desde Argentina es bastante accesible, comparado con otros destinos turísticos. Hasta la ciudad de Lima, saliendo desde Rosario o Buenos Aires, son solo 4.30 horas de viaje.
Por supuesto que yendo por carretera el tiempo de llegada es otro, pero, sin dudas, el paisaje y la experiencia también son otros!
Todo en orden
Tener un itinerario armado de los lugares a recorrer es fundamental al momento de visitar Perú. Definitivamente no es un país para ir “sobre la macrha”, porque hay tantas actividades y ciudades para conocer, que el tiempo no alcanza para hacer todas. Y si bien en el camino seguramente te van a ir recomendando ciertos rincones, lo mejor es tener un plan organizado para saber qué hacer cada día y no perderte de nada, o tratar de que así sea.
Al mal tiempo, buena cara
Las temperaturas varían dependiendo el lugar al que decidas ir.
Si vas a conocer el Valle Sagrado y toda la zona del Machu Picchu, el clima es más bien húmedo. Hace calor, pero por las noches refresca, y las lluvias son realmente abundantes durante casi todo el año, por lo que un piloto o campera impermeable nunca está de más.
En Puno o Arequipa, el clima es templado. En pleno enero te permite estar tranquilamente caminando bajo el sol, y por la noche es bueno cargar siempre un abrigo liviano.
Si tenés pensado ir a Lima y quedarte unos días para recorrer la ciudad, tenemos que decirte que pocas veces vas a poder disfrutar del sol, ya que permanentemente está cubierta con una nube gris que no deja pasar sus rayos. Los mejores meses para ir es de septiembre a abril, a medida que se aproxima el otoño, la llovizna comienza a ser protagonista, por lo que no es tan buena época para visitar la capital peruana.
Si dentro de tu viaje estás programando visitar las sierras, el clima ahí es húmedo, con lluvias generalmente por la tarde y sol fuerte cuando sale. Pero al ser lugares que se encuentran en alturas de 3000 metros o más, sopla un lindo viento que permite caminar las ciudades durante todo el día, incluso en pleno verano.
Si el norte de Perú está incluido en tu plan viajero, te aconsejamos que no cargues tu mochi o valija con mucho abrigo, porque no es necesario, aunque vayas en pleno julio. Una camperita o buzo liviano, y algún que otro pantalón largo o jean, no viene nada mal. Pero hace hincapié en ropa cómoda y veraniega, traje de baño y ojotas, que seguro vas a usar más de eso.
Increíble gastronomía
Viajar a Perú significa probar al menos un plato típico del país. Desde sopas, hasta pescados y mariscos, todos los menús peruanos tienen su impronta y vale la pena probarlos a todos.
En varios lugares del país, el pollo a la brasa es uno de los más elegidos por lugareños y turistas que deciden acompañarlo con papas, arroz o ensaladas.
Los piqueos de mariscos y de pollo, también son una buena opción si se quiere comer tranqui y liviano.
Tequeños, chicharrones y ceviches son los que condecoran los restaurantes de casi todo el país y los que figuran en la gran mayoría de las cartas. Las sopas de crema de las sierras, y las pizzas al horno de barro son exquisitos platos que no podés pasar alto si vas a Perú.
Si sos de lo dulce, no dejes de probar la increíble variedad de postres como kekes de todos los sabores, tortas de chocolate, tiramisú, tejas, tres leches, panqueques, turrones, alfajores de manjar (o dulce de leche) y cientos de opciones más para los viajeros golosos.
Los jugos son uno de sus fuertes en la parte gastronómica. No solo es naranja y limonada, como estamos acostumbrados los argentinos, también hay maracuyá, frutilla, papaya, manzana, kiwi, arándonos, chicha morada y decenas de variedades para acompañar cada comida de manera saludable.
Y si te gusta catar vinos y tragos, el pisco sour, los licores y los vinos peruanos, tienen mucho para contarte.
Transporte ilimitado
No te alteres con las bocinas de los taxis o mototaxis que van a sonar cada dos segundos mientras vas caminando pro la calle. Es su manera de manejarse y, como cada país que se visita, respetar la cultura es lo más importante, estemos o no de acuerdo.
En la mayoría de las ciudades, te vas a encontrar con los famosos mototaxis (también andan por Bolivia), una moto con tres ruedas, techo, y lugar para dos o tres pasajeros. Si te animás, podés vivir la aventura al menos una vez. Son medios de transporte económicos, aunque no de lo más seguro y rápido.
Si buscás un poco más de comodidad, el taxi es la mejor opción. No están diferenciados con colores, excepto en algunas ciudades como Cusco, pero los podés identificar a simple vista.
Las combis también son un medio muy utilizado por los peruanos. Es como si fueran buses, pero más pequeños y económicos, donde entran tantas personas que no podrás imaginarlo.
Si te vas a mover de una ciudad a la otra, los buses de larga distancia están super equipados, son muy cómodos y los costos bien accesibles. En caso de hacer viajes largos de más de seis horas, te recomendamos que adquieras las líneas vip o de lujo que, por algunos soles más, incluyen asiento que se transforma en cama de 180 grados, televisor con películas y libros, auriculares, comida a bordo, almohada y frazada. Los servicios dependen de cada línea de buses. En nuestro caso viajamos con Cruz del Sur, Civa e Ittsa, y las super recomendamos.
Concientización ambiental
Dependiendo del país que vengas, seguramente te llamará la atención la cantidad de basura en las calles, rutas y mares. Es que aún no existe una concientización general a nivel social ni planificaciones ambientales, y eso está más que claro. Pero no todo está perdido, y cada uno desde su lugar puede aportar un granito de arena y enseñar un poco sobre medioambiente.
Juntar las botellas y papeles en las playas para que no terminen en el mar, es una buena acción para dar el ejemplo. También pedirles, educadamente, a las personas que veas tirando basura en la calle, que por favor la levante.
Si todos ponemos nuestro granito, cambiar el mundo (estés en el lugar que estés) es posible. Después de todo, el mundo es de todos, o todos somos del mundo. Respetemoslo y corramos la voz para que todos hagan lo mismo.
Conexión
En Perú, como en casi la mayoría de los países, las entradas de los toma corrientes tiene dos patitas derechas, a diferencia de Argentina que por lo general los artefactos electrónicos vienen con tres. Por eso es esencial llevar un adaptador, para no tener que sufrir por el tema de cargadores de smartphones, tablets o notebooks.
Bajá un cambio
Si la locura de tu ciudad no te suelta, será mejor que antes de visitar Perú te tomes unos días de retiro o meditación para conseguir paz mental, porque la vas a necesitar.
No intentes llevarte el ritmo de andar a mil a tu viaje por el país peruano. Ahí todo es más lento así que va a ser mejor que empieces a bajar tus revoluciones. Y si no las bajas antes, el mismo Perú se va a encargar de hacerlo, y vas a volverte un experto en paciencia.
Foto d portada: Peter Livesey en Unsplash