Alcides nos recibió en su casa, que dicho sea de paso, tiene una decoración rústica norteña muy atractiva. “¿Mate o café?”, preguntó. “Vamos a arrancar con el mate”, dijimos, porque ya nos imaginábamos que íbamos a pasar un rato largo conversando.
Existió una línea de preguntas escritas en un cuadernito para iniciar la entrevista, pero una cosa llevó a la otra y nos quedamos con muchas respuestas divertidas e interesantes, las cuáles no esperábamos tener y aquí las plasmamos.
Alcides Castagno nació en la localidad de Roca, el 3 de mayo de 1943. Vivió en el campo hasta los 7 años y luego se mudó a Rafaela para continuar su camino de crecimiento en la casa de sus abuelos. Fue al colegio San José durante la primaria y luego al Seminario en Santa Fe durante su adolescencia, establecimiento que le otorgó una “buena base humanística para poder hablar con personas que estudiaban en la universidad sin yo haber finalizado la secundaria”, afirma.
¿Quién es Alcides?, le preguntamos. “Alcides es muy amigo, así que no puedo hablar mal de él”, nos dice entre risas. “Es un tipo que tuvo la obligación de hacerse solo, creció en un pueblo grande que era Rafaela en los años 50 y 60 y tuvo la suerte de vivir en la década del 60, que fue la más creativa que tuvo nuestra civilización en la parte cultural”.
“En esa épocase formó un grupo de los que actuábamos, íbamos al cine, donde surgió Cine Club Rafaela. Algunos escribían, y así nació Escritores Rafaelinos Agrupados. Otros hacían desfiles de carrozas, todas cosas culturales”.
En sus comienzos,Alcides pasó por una etapa industrial, combinada con algo de deporte, cultura y sociedad. “Con la aparición de la radio fue que se despertó mucha gente que no tenía cómo expresarse, ahí descubrí que el periodismo era más que interesante pero ya era grande para estudiar en la década del 70”.
Mientras tanto, estaba trabajando en la gerencia de una importante fábrica de Rafaela, y recibió un llamado del “Lolo” para que esté en la radio ayudando en la elaboración de textos y publicidad. “En ese momento, afrontando algunos embates por parte de la fábrica, me fui e hice un salto al vacío y así empecé con el periodismo”.
“Fui bastante caradura, fue pura pasión”, aseguró. “Había un hecho concreto: era gerente de una empresa grande que se desarrollaba muy fuerte en ese momento, con mucho por hacer, pero era como para tener el futuro tranquilo. Aquel que empezó en los años 60 en los pasillos culturales, no era para estar dentro de una fábrica, y llegó un momento en que dije: ¿qué es lo que vence? ¿La seguridad o la pasión?Y pensé, ¿qué significa seguridad en materia laboral cuando hacés algo que no te gusta?”.
Tal fue la convicción que sintió en ese momento que lo conversó con su familia, “les dije que la pasión y la convicción pueden más. Tropiezos, unas cuantas aventuras desventuradas, buscar todo y que no caiga de regalo, y con esa sensación de poder hacerlo teniendo la voluntad y pasión podré lograrlo”.
“A veces uno dice ¿cómo hago para aprender? Si en esa época hubiera podido estudiar ¿qué habría hecho? Pero el “hubiera” no existe, fue lo que fue y punto. En ese momento atender a mis hijos, la familia, un poco te retira de lo que querés y pensás en dedicarte a lo que sea para la subsistencia”.
“Con el tiempo uno va matando los “hubiera”, porque no sé qué hubiera pasado si habría elegido otra cosa. Creo que cuando pude elegir fue bueno porque me encuentra en plenitud de alegría por lo que hago, satisfacción personal, amigos, relaciones que se incorporaron a mi vida”.
Su vida periodística
Para poder darle forma al proyecto periodístico que se cocinaba en la radio, Alcides junto a sus compañeros tomaban modelos de medios de Buenos Aires, se informabany sobre todo se animaban para meterse en ese nuevo mundo. “Muchas veces me siento inhibido de opinar de ciertas cosas, porque me pongo desde afuera viendo qué cantidad de razón tiene uno y otro, y busco motivar la conversación para aportar, con un estilo más coloquial”, comentó acerca de cómo siente al periodismo.
“En la radio hice varios programas, y escribí en el diario. Luego apareció la inquietud de armar un canal de cable en Rafaela y me enfoqué en esa tarea sin experiencia, con poco material y con muchas equivocaciones. Cerca del año92 me fui del canal y así nació la productora Estudio 21, donde empezamos a adaptar lo nuevo con un grupo de amigos”.
Además, lo convocaron de la Municipalidad de Rafaela, para registro audiovisual y así fue que dejó el periodismo cotidiano para poder enfocarse de lleno en ese trabajo.
Ahora, lo que más nos interesaba saber. ¿Cuándo tuviste la primera cámara en tus manos?
“Una de mis pasiones juveniles fue el cine. En los años 60, la época dorada del cine creativo, de búsqueda, la nueva ola francesa, el nuevo realismo italiano, se explotó en esa época. Entonces mi papá cuando cumplí 18 años me regaló una cámara que filmaba 3 minutos. Buscaba tomas extrañas, hacía ejercicios y como los rollos eran cortos había que aprovecharlos y filmar todo”.
Trabajar con la cámara, captar imágenes, todo eso fue dándole una gran experiencia en el ambiente periodístico y de medios audiovisuales. Para Alcides, la actividad periodística tiene un enorme beneficio: estar siempre en primera fila y estar cerca de todo.“Salir de ahí es estar en la última fila, la sociedad te prepara para estar en un sistema pero no para salir. A medida que la pasión te mueva, lo hace hasta los setenta y pico de este fulano (Alcides), que seguiríatrabajando aunque esté jubilado y como sea porque no se cansa y le gusta, pero es conscientede que los lenguajes cambian y que tiene que abrirse para contemplar lo que está en vigencia”.
Imaginamos que conociste muchos famosos a lo largo de estos años…
“Conocí a Alfonsín, Menem, Reuteman, deportistas como Vilas, Fanggio, Cupeiro, Berta. En el ámbito cultural charlé con Julio Boca y Eleonora Casano; músicos como Pugliesse, Los Chalchaleros, el beso en la mano con la Madre Teresa. Poder compartir con todos ellos fueron privilegios que te animan a dar el paso para decir “si este tipo estuvo charlando conmigo, eso te da una mano para pensar qué tienen ellos que yo no pueda hacer”. Todo eso te da esta profesión, por eso pienso ¿cómo salís de eso?”.
Alcides, su nombre y su niñez
“La verdad no sé bien por qué me llamo así. La tradición familiar, me han contado, era que en aquel tiempo los abuelos, en especial la nona, tenía autoridad sobre ciertas cosas. Todos podían opinar pero ella decidía. Había dos nombres, Silvio y Alcides, pero se quedaron con el segundo, creo que puede ser por Alcides Gubellini, pintor, escultor y humorista italiano.
No me lo cambiaría, por ahí pensaba por qué me lo pusieron pero después me di cuenta que el sonido del nombre es la mejor música que podés escuchar.
¿Cómo eras de chico?
“Era muy tranquilo, viví en el campo hasta los 7 años y seguí mucho a mi hermano mayor, él era el monitor de mi vida. A veces hacía deportes, pero mi gran pasión era el cine, la imagen”.
Estar mucho tiempo detrás de una cámara hace que se vea todo totalmente diferente, desde otro enfoque. Alcides nos contó que viajó varias veces a Europa, y que buena parte de sus viajes han sido vistas “desde un cuadradito pequeño”.“Uno disfruta de lo que está pasando y de lo que está mostrando, uno empieza a vivir todo desde el punto de vista de cómo lo va a contar, para que la gente entienda lo que quisiste expresar”, sostiene.
“Hay que aprender a disfrutar del hecho como tal, y al mismo tiempo no entrar tanto en la emoción que te impida realizar lo que estás haciendo”
“Hay que aprender a disfrutar del hecho como tal, y al mismo tiempo no entrar tanto en la emoción que te impida realizar lo que estás haciendo. Siempre he sido más camarógrafo que todo, luego me acompañó la parte de edición por los lenguajes que varían de acuerdo con cómo se los muestre, momentos ridículos o momentos solemnes. A través de la cámara podésmostrar el esfuerzo que se ha hecho en ese momento sin modificar el espíritu de la cosa”.
Llegando al final de la charla, Alcides contó con palabras gratificantes, que aparentan ser dichas para las personas que aún no encuentran su vocación o camino. “No importa tanto el hacer como el ser. El ser todo lo que se pueda va a contribuir mucho con el hacer. El ser te va a dar el camino, para encontrarlo y disfrutarlo, tenés que transmitir alegría porque no le sirve a nadie ver una cara triste o preocupada, solo para que lo compadezcan a uno. Hay que tener las ganas, la pasión y los medios básicos para hacer un proyecto es un capital enorme. Si a veces no tenés para comprarte zapatillas irás en chancletas, y llegarás a donde quieras llegar en chancletas y después verás que hacer”.
Nos despedimos y asumimos que vamos a volver a tener una charla tan linda como esta, para seguir tomando los sabios consejos de un hombre que nos mostró que la plenitud de la vida se encuentra cuando se vivecon amor y entusiasmo.