Entre proyectos, ideas y ganas de mostrar algo distinto para los más chicos, Luciana Tessio, coordinadora del Complejo Cultural del Viejo Mercado de nuestra ciudad, junto a Leticia Paschetta, arquitecta santafesina, llevaron adelante esta muestra de juegos, arte y aventuras, donde el color rojo es el protagonista.
Empezamos por Luciana, quien, junto a un gran equipo de colaboradores, logró con éxito el armado de esta exposición.
¿Cómo surge la idea de Experimenta en Rojo?
El año pasado trabajamos con el concepto de «experimentar» pero en aquel caso fue con la idea de «Libertad». Viendo la alta convocatoria de público infantil, este año decidimos abocarnos directamente a la infancia y, conociendo el trabajo de Leticia en Santa Fe, la convocamos para pensar un espacio de juegos en el corredor principal del CCVM.
Nos gustó su propuesta de pensar Paisajes Lúdicos y le planteamos algunas inquietudes que teníamos, como romper la linealidad del espacio. Leticia propuso la idea de trabajar a partir del color rojo y nosotros armamos las áreas de lectura, los disfraces y videos, haciendo referencia a ese color.
Además, quedó inaugurada Caperucita Roja y un lobo no tan feroz, una muestra ilustrada por Silvina Riachi, donde se cuenta una divertida historia con final inesperado.
¿Cómo fue el proceso de armado? ¿Cuánto tiempo llevó aproximadamente?
El desarrollo de la idea, que es la maqueta que está expuesta, llevó alrededor de un mes y medio. Luego de eso comenzamos a construir los distintos elementos, hicimos una lista consignando el tiempo que nos demandaría cada uno, las prioridades y con ello comenzamos la construcción. Con las lámparas rojas gigantes, por ejemplo, hubo que hacer pruebas para verificar que funcionaran con tecnología muy simple para evitar incurrir en mayores costos. Todos Los elementos textiles fueron cosidos por Marta Gorosito y Roxana Clemenz, ambas pertenecen al personal de la Municipalidad.
Fue fundamental la colaboración de la Secretaría de Espacios y Servicios Públicos, ya que ellos construyeron el árbol, el juego de las caricias y todos los elementos de madera que están en cada espacio, además de las tareas de pintura.
El juego de las caricias y lo visceral fue uno de los que mayor desarrollo tuvo, ya que fue diseñado específicamente para este espacio. El proyecto fue desarrollado por Leticia y José Cavallero, quienes hicieron varias maquetas y modelos estructurales hasta dar con el despiece de todos las partes.
Finalmente, el montaje se realizó la última semana, cuando ya contábamos con todos los elementos construidos y listos para colgar o armar.
Estimular los sentidos nos hace más abiertos a entender y entendernos con más apertura y comprensión.
¿Por qué el color rojo?
Tiene que ver con varias cosas. Fue una propuesta de Leticia trabajar con un solo color, “juegos en mono color”, donde no se distingue la figura del fondo, como esa sensación de encontrarse en un bosque. Trabajar en un solo color, nos dio la posibilidad de reciclar objetos con pintura aprovechando estrategias que permitieron reducir costos.
El rojo es el primer color del espectro de luz visible, aunque solo percibimos una parte. La gama completa de infra-rojos escapa a nuestra vista. Es el primer color que ven los bebés y al que más rápido reaccionamos neurológicamente.
Rojo es el color de los imperios y los reyes, pero también de las revoluciones y el federalismo. Es el color de las pasiones, lo amoroso, lo visceral, lo prohibido, el fuego y la sangre. Podemos encontrar rojo en objetos, arte, geografía, política, cine, literatura, gastronomía, animales, construcciones, nombres.
¿Cómo se integra esta propuesta dentro de “Infancia”, la agenda del Viejo Mercado?
La idea del monocolor es interesante porque siempre se piensan los espacios para la infancia llenos de colores. En ese sentido ha sido un experimento, y también una propuesta para ver qué les sucedía a los niños en este espacio. Es decir, proponerles una aventura, una nueva experiencia y animarnos a ver qué sucede.
Por su parte, Leticia, que lleva adelante “Paisajes Lúdicos”, un proyecto artístico que busca estimular la expresión a través del juego, nos cuenta cómo es trabajar en cada idea y cuál fue el desafío de “Experimenta en Rojo”.
¿En qué se inspiran para diseñar cada muestra?
¿Escuchaste la canción de León Giecco “Orozco”? Es muy creativo pensar el sonido desde una sola vocal. Algo similar y desafiante es pensar la luz y los espacios desde un solo color. En ese sentido, Experimenta en Rojo es el primero de una serie de Paisajes Lúdicos cuyo concepto es la descomposición de luz, abarcando toda la gama de colores del arco iris, más el blanco (la suma de los colores) y el negro (su ausencia).
El primer paso fue encontrar el concepto. Estaba claro, era monocromático y ROJO. Luego siguió la investigación sobre el color rojo, cómo se percibe neurológicamente, y una interminable lista de objetos, paisajes, historias, literatura, relacionadas con el rojo.
Muchos amigos y amigas, niñas y niños han aportado miles de ideas y palabras que tienen que ver con el color rojo. Quizás lo más desafiante fue pensar a partir de la sinestesia, que mezcla sentidos. Las personas que tienen sinestesia pueden oler colores, por ejemplo, o ven números de colores.
El segundo gran desafío fue como ocupar el espacio que era muy grande, de casi 700 m2, muy largo y muy alto. Así fue cómo surgió la idea de trabajar con grandes manchas rojas zigzagueantes, una serie de seis espacios diferentes, y las lámparas gigantes que dan la sensación de un espacio más ocupado y contenido, sobre todo, para los niños, que perciben el espacio más grande que los adultos.
Quizás lo más desafiante fue pensar a partir de la sinestesia, una sensación que mezcla los sentidos.
¿Cómo responden los más pequeños frente a estos juegos, al estar tan inmersos en las pantallas?
Ese es quizás el mayor desafío de Paisajes Lúdicos, llevar a los niños afuera de las pantallas diarias, al lugar donde pueden encontrarse con la creatividad, a un espacio que los interrogue.
Por eso, los juegos siempre tratan de ser comunitarios. Hamacarse entre dos o tres, explorar espacios que no tienen un recorrido reglado o lineal, desafiar y desafiarnos.
El desafío es estimular la creatividad y la imaginación, para desarrollar a pleno las capacidades, generando experiencias lúdicas que potencien la libertad y la integración.
Uno de los proyectos que hicieron con Paisajes Lúdicos fue “Casita Plegable”, el cual tuvo mucho éxito. ¿Qué podés contarnos acerca de esto?
¡Casita plegable tiene una gran historia!
Como nos sucede a todos sin importar la edad, solemos delirar con tener una casita de árbol. Era el quinto cumpleaños de mi hija mayor y decidí construirle una casita de árbol. El primer diseño fue absolutamente tradicional. Entonces José, mi socio y esposo, pasó y me dijo “mmm te podría salir algo más innovador”, palabras que molestan y desafían a la vez
Así que empecé a pensar diferentes estructuras, hasta que nació la Casita Plegable de varias maquetas sucesivas. El ingeniero Enrique Chiappini, que es el titular de la cátedra de Sistemas Estructurales de la UNL donde soy docente, hizo el primer cálculo estructural y ahí me animé a hacer el primer prototipo.
Con gran entusiasmo, la presenté en Innovar 2012 y quedó seleccionada y pasó a ser parte del catálogo. Luego de eso armé 10 casitas más que compraron amigos, y con ese dinero pude hacer los registros en el INPI (Instituto Nacional de la Propiedad Industrial), registrando la marca “Paisajes Lúdicos”, el Modelo Industrial, y lo más sorprendente fue registrar la “Patente de invención” por el sistema estructural. Eso fue lo más complejo porque requiere una búsqueda de antecedentes internacionales que garanticen la innovación.
Y así siguió la historia con otros premios y distinciones, hasta que recién en este año ha comenzado a producirse para comercialización. Cada paso ha sido lento, con mucho esfuerzo, pero enormes gratificaciones también.
¿Cómo fue armar «Experimenta en Rojo» en Rafaela?
El diseño de este espacio fue un desafío enorme, que ha hecho crecer y expandir los límites de Paisajes Lúdicos. En lo personal me sorprende todo el tiempo, fue una experiencia increíble.
Por momentos, el estudio era un taller de costura y luego una ingeniería de maquetas y modelos y cálculos estructurales. Luego se hablaba de color y tipografía.
En la construcción de este espacio ha sido decisivo el rol de Luciana que ha coordinado las más variadas y opuestas tareas con un esfuerzo y solvencia increíble. También fue sorprendente la predisposición de todo el equipo del CCVM y la municipalidad para trabajar grupalmente en hacerlo realidad, ya que de otro modo no hubiera sido posible.
La idea inicial fue tomando forma propia por los aportes de quienes se sumaron: los tejidos, la costura, los disfraces, libros, videos, sala caperucita. El diseño fue creciendo, haciéndose colectivo y nos hizo a todos experimentar en rojo.