Una madre, una hija y una embarazada se encuentran en un escenario común. Habitan el mar, la playa, una casa, el horizonte y las paredes. A través de una pantalla evocan otros tiempos, se deconstruyen y reconstruyen, descubriendo la hija que cada una es.
En 2017, Carolina Defoseé crea «Tan Cerca», un espacio de teatro virtual, a través de la cual toma el desafío de presentar obras de teatro creadas para verse un diferentes dispositivos: tablet, celular, computadora y aprovecha las posibilidades emergentes trazando un mapa de experimentación artística a partir de nuevas tecnologías de comunicación.
«Hijas de la pantalla» es una historia de mujeres hecha por mujeres. Claudia Cuciufi, Tatiana Swidzinski y Marcela Torres (actrices); Viviana Miranda (asistencia y escenografía); Carolina Defoseé (dirección y puesta en escena) y Bárbara Molinari (autora de la obra).
Hablamos con Carolina, la directora de esta novedosa creación, y esto fue lo que nos dijo:
¿Qué se cuenta en Hijas de la Pantalla?
Es una obra bastante fragmentada y abierta pero habla básicamente del vinculo entre una madre y una hija medadas por una embarazada que es un personaje que está en el lugar de una transición jugando y pensando en el rol de la maternidad.
¿Cómo surge la idea de llevar una obra de teatro presencial al teatro virtual?
Surge básicamente a partir de la pandemia. Si bien a la directora ya le interesaba y venía trabajando en esa dirección, el hecho de estar por reestrenar justo cuando se declaró la cuarentena y todas las ganas de hacer la obra, nos dio el impulso para hacer la transposición.
Si bien «Tan cerca» ya tenía la experiencia de mostrar el teatro digitalmente, imagino que esta situación mundial los obligó a reinventarse. ¿Cómo vivieron este cambio?
La verdad es que fue una suerte poder legitimar el trabajo de alguna manera la investigación de años puedo canalizarse y legitimarse porque antes era bastante difícil encontrar espacios de acompañamiento dado que el proyecto está en ele límite de la disciplina era difícil generar las propuestas y sostenerlo en el tiempo, en ese sentido el encierro nos jugo a favor, más allá de extrañar el teatro físico.
¿Cuál fue la respuesta del público, acostumbrado a ver teatro de manera tradicional?
En general fue muy buena. Siempre hay nostálgicos o gente que romantiza demasiado la experiencia físico presencial y se pierde de vivir esto como algo diferente y aceptar eso mismo, que tiene otras cosas. Pero esa gente creo que fue la menos porque directamente no se presta a la experiencia. En general, valoraron mucho nuestro trabajo que, además, fue arduo, porque nunca compartimos el espacio físico. A pesar de estar casi todas en la misma ciudad, cas ni nos encontramos, salvo para entregar alguna cámara o cosas así.
¿Qué expectativas hay para esta nueva función?
Siempre hay muchas. Pero en principio disfrutarla más, ya que hicimos varias y cada vez estamos un poquito más relajadas. Aunque siempre hay nervios.