¿Huerta en casa? ¡Es posible!

Por Anto Canavesio

Octubre trae mucha variedad de semillas para cultivar. Si bien las abuelas dicen que el mejor momento para sembrar es en agosto, ya que es un mes que no contiene la letra “r”, te contamos que si te demoraste en armar tu huerta, este mes podés arrancarla.

Los “huertos urbanos” se volvieron muy populares. Las personas desean cada vez más tener sus propios productos, trabajados y cosechados por ellas mismas. Además, nada se compara con poder tomar una verdura de tu propio jardín, sin pesticidas ni largos tiempos en cámaras de maduración.

Como te decíamos, octubre es un mes propicio para comenzar a sembrar, ya que aún no hace mucho calor y la huerta comienza a acostumbrarse a su lugar. Las siguientes hortalizas son las que podrás recolectar en un periodo de dos meses: chauchas, puerro, acelga, lechuga, rúcula, rabanitos, ajo, perejil, pimiento, tomates, cebolla, coliflor, repollo.

Si bien te demandará algo de tiempo, no es tan complejo como se piensa. Por otro lado, es un momento muy agradable para compartir en familia, ya que todos pueden colaborar en la elaboración de la huerta.

Cómo hacer tu propia huerta

El primer paso que tenés que tener en cuenta a la hora de arrancar es “puntear” correctamente la tierra, en caso de que la realices en el suelo de tu jardín. La idea es que la tierra se remueva y comience a respirar. Es necesario que la dejes uno o dos días así para que se airee. Si es muy dura tendrás que comprar o hacer composta para ayudarla a que se suavice. Si vas a plantar en una maceta o cajón de madera para tu balcón o patio sin pasto, comprá tierra que sea apta para huertas.

Luego podés seguir con el paso de la siembra. En este caso te recomendamos que no pongas muchas semillas de golpe, ya que algunas son tan pequeñas que cuando comiencen a crecer quedarán demasiado apretadas las plantas. Por eso, debés colocarlas esparcidas y siempre anotando en qué lugar pusiste cada semilla (ahí pueden colaborar los niños haciendo cartelitos identificatorios).

La siguiente parte es para cuando ya veas plantitas que sobresalen, de unos 2 o 3 centímetros. Ahí es conveniente retirarlas con cuidado y trasplantarlas. ¿Por qué? Porque si quedan muy juntas unas con otras no crecerán correctamente. Lo ideal es que estén, depende de la hortaliza, a unos 5 centímetros o más una de otra.

Con respecto al regado, los primeros días se recomienda regar todos los días, con una lluvia no muy fuerte para que las semillas no se muevan por debajo de la tierra. Recordá también que a las plantas les tiene que dar mucho el sol, así que no las coloques en la sombra; excepto los tomates que no deben recibir los rayos directos del sol, menos en horarios pico.

Por otro lado, hay algunas contradicciones a la hora de hacer una huerta, pero te damos también unos consejos para que puedas evitarlas de manera natural, sin pesticidas.

Control de plagas

Caléndula y taco de reina: se conocen como “plantas trampa”, debido a que el color de sus flores resulta un atractivo para los pulgones. Por esta razón, cuando estos insectos aparecen en la huerta, son las primeras especies en afectarse.

Ruda: se considera una de las especies más repelentes en el manejo agroecológico de las plagas, debido a que su olor y su color provocan una confusión en los insectos y eso les impide invadir los cultivos. Facilita el control de piojos, pulgones, ácaros y babosas y ahuyenta moscas blancas y gatos.

Gatos: A ellos les gusta hacer sus necesidades en la tierra y si está removida mejor. Por eso, te recomendamos que coloques cáscaras o rodajas de cítricos alrededor de la huerta, y dentro de ella, ya que cuando se acerquen no les agradará el olor y se irán a otro sitio. Colocá una cerquita clavando palitos alrededor y entre medio de lo que plantaste, luego hacé un tramado con hilo o lana, como para que no tengan espacio en donde pararse.

Esperamos que toda esta info sea útil  y que pongas en práctica esta linda manera de producir tus propios alimentos.