No hay nada más lindo que vivir para cumplir sueños. Y así lo demuestra Joaquín Muriel, un milénico que, después de hacer experiencia en diferentes bandas de la ciudad y desarrollar sus habilidades como diseñador gráfico, decidió que era momento de dar un vuelco a su vida.
Fue así como el año pasado viaja a Buenos Aires para continuar su carrera en la música, lo que le abrió nuevas puertas para seguir creciendo en lo personal y en lo profesional, rodeado de amigos y buena gente con la que comparte su pasión más grande.
¿Quién es Joa Muriel?
En pocas palabras, músico y diseñador. Melómano, nerd, intentando siempre descubrir y hacer lo que me gusta.
¿Cuándo sentís que se despierta tu interés por la música?
Escuchar música siempre fue mi pasatiempo favorito. Lo hacía todo el tiempo e incluso de muy chico tomé clases de piano, pero mi interés por ser músico se despierta cuando tomo contacto con la guitarra criolla a través de mis amigos a los 14 años.
¿A quién le debés esta gran pasión?
Recuerdo tres momentos importantes que me fueron llevando a vivir la música como lo hago hoy.
En principio, mi mamá, que de chico me hacía escuchar todo tipo de música.
Otro momento importante fue cuando mi prima Eve me llevó a un recital de Fito Páez en el Cine Belgrano de Rafaela. Fito presentaba su disco “Abre” creo que era el año 1999, ese recital no solo me hizo más fan de su música sino que me hizo poner verdadera atención en la interpretación de cada uno de los músicos y todo eso me llevó a ampliar el espectro musical de lo que escuchaba.
Y el gran hito fue el día en que mi viejo me compró mi primer bajo eléctrico. Tenía amigos guitarristas y baterías, faltaba bajista para completar la banda. Así que me hizo cargo y ahí comenzó mi amor por ese instrumento.
Después de haber pasado por varias bandas y tocado en diferentes lugares, la vida te fue llevando a Buenos Aires, donde hoy vivís la música en su máxima expresión. ¿Cómo fue ese recorrido?
Es un camino de aprendizaje constante. Cada experiencia que vivo me hace crecer y conocer más sobre este arte, y cada descubrimiento funciona como combustible que alimenta las ganas de seguir creciendo, aprendiendo y tener nuevas experiencias. Fue un recorrido un poco más tranquilo en mi adolescencia porque si bien ocupaba mucho tiempo de vida, era un hobbie y funcionaba en paralelo con mi parte de diseñador gráfico que era otro tipo de responsabilidad más laboral. Hace un año, desde que me vine a Buenos Aires, y decidí darle más lugar a la música en mi vida, ese recorrido se hizo más sinuoso, mucho más intenso.
Dicen por ahí que para ganar hay que perder…¿sentís que algo así te pasó al momento de dejarlo todo e ir por tu sueño?
Siento que fue un giro muy grande e importante para mi, pero no diría que dejé todo por mi sueño, porque fueron varias circunstancias que me llevaron a este momento, pequeñas acciones que me doy cuenta que hoy hacen que esté acá, enfocado más en la música. Estoy muy cerca de Rafaela y en contacto con mi familia y amigos.
Si bien fue un cambio drástico, se dio de una manera natural, porque puedo seguir trabajando en diseño a distancia, y porque tenía muchos amigos acá esperándome, que me dieron un lugar, e hicieron que pueda conocer y compartir mi música con hermoses y talentoses artistas de la escena porteña.
¿En qué momento te encontrás hoy?
Hoy como músico sesionista formo parte de la banda de Marilina Bertoldi. Estoy comenzando un proyecto a dúo con Brian Taylor y también grabando canciones propias que quiero poder compartir este año.
El 2018 fue un año muy intenso, me hizo crecer pero también me dejó mucho por reflexionar y por todo lo que me dejó esa experiencia, todavía estoy delineando objetivos que seguramente tengan que ver con hacer música propia y viajar mucho.
¿Cómo es un día en la vida de Joa?
Un día habitual, si no tengo un compromiso muy temprano, me despierto sin alarmas. Hago una meditación (esto es nuevo pero ya se hizo parte de mi rutina), me preparo un desayuno cargado de frutas y a veces sumo un huevo frito.
Si tengo ensayos por lo general son a la mañana o al mediodía. Sino trabajo en casa, en proyectos de diseño y habitualmente se suman amigos a la home office (Agu, Riki, Alfre y Brian, todos rafaelinos). Me gusta cocinarme, pero almuerzo por lo general es a las 16 o 17hs ?, después un paseo por el parque con Mabel, la perrita de mi roommate Agu. Y finalmente me pongo a tocar los instrumentos, grabar, ir a recitales o pasar un momento con mis amigos.
¿Próximos proyectos por cumplir?
Este año quiero publicar canciones propias y hacer un viaje largo por otros países, haciendo música o viviendo una experiencia fuera de Argentina.
Ping pong milénico:
Un color: Rojo
Un artista: Vufpeck (banda)
Una canción: No soy un extraño (Charly García)
Un momento del día: El desayuno.
Una cábala antes de subir al escenario: Un abrazo a cada músico.
Tu lugar en el mundo: cualquier lugar donde esté haciendo música con amigos.