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Mandoka: «La culinaria es, en mi opinión, la expresión de arte más completa que existe»

Nacida en Venezuela, pero radicada en México desde hace catorce años, María Paola supo ser testigo de los platos más sabrosos que su mamá y su abuela le hicieron desde pequeña. Razón por la cual se volvió una amante de la cocina en todas sus formas.

Durante la pandemia, y a pedido de sus amigos que seguían sus preparativos culinarios en las redes sociales, dio vida a Mandoka, un espacio donde, no solo revela su placer por la gastronomía, sino que además lo acompaña con palabras tan románticas, que pareciera que entras en una novela basada en la Europa de siglos atrás.

Cuando andábamos por la Ciudad de México, la encontramos en Instagram y desde ahí empezamos a seguir sus historias y cuentos breves que te llevan a viajar al costado más sensible y amoroso del arte culinario.

Hablamos con Mandoka sobre sus pasiones, sus proyectos y su ilimitado amor por la cocina.

¿Quién es «Mandoka»?

Mandoka es mi lado creativo y romántico que antes solo existía en mis momentos a solas. Para mí siempre ha sido importante tomarme un descanso de vez en cuando para reflexionar y estar solo conmigo misma.

En estos espacios salía mi lado creativo, pero siempre me daba por épocas: a veces pintaba, a veces leía, a veces escribía, a veces tocaba el piano, y siempre, siempre cocinaba. Curiosamente, estos elementos creativos nunca sucedían al mismo tiempo, siempre era o uno o el otro. Y cuando empecé Mandoka fue como haber fusionado todo ese lado artístico en un solo espacio, por eso se percibe tan romántico y artístico.

 

Mandoka soy yo, pero no soy toda yo. Es solo una pequeña parte de mí que antes nadie conocía.

 

Disfrutando de su plato de aguachile. Foto: Mandoka

¿Cuándo nace este compartir de recetas?

En mayo del 2020, a plena pandemia. Estaba en un departamento en Nueva York sin poder salir ni al elevador y todo el día cocinaba. Publicaba fotos en mi Instagram personal y muchos amigos me escribían que querían la receta. Entonces me di cuenta de que la cocina tiene un poder especial para unirnos con amigos viejos o familia que no frecuentamos.

Ya tenía la idea de empezar un blog de cocina desde hace años, pero ese fue el empujón que me animó a hacerlo.

¿Por qué el nombre de tu proyecto?

Las mandocas son un plato de comida venezolana, particularmente del estado Zulia, que mi abuela y mi mamá me han hecho toda la vida. Es una mezcla de plátano macho, harina de maíz precocido (la que se usa para las arepas), queso blanco salado y piloncillo. Se fríen y se comen para desayunar o como snack. No son muy saludable entonces no las comía muy seguido. Pero cuando las hacían, ¡era el mejor día de mi vida!

Modifiqué el nombre original cambiando la letra “c” por una “k”. De ahí sale “Mandoka”.

Preparando todo para su cena de sabores de Francia e Italia. Foto: Mandoka

¿Cuándo descubriste tu pasión por la cocina?

Creo que alrededor de los 15 años, que me la pasaba viendo videos de cocina en Youtube y ¡NO ME CANSABA! Podía verlos todo el día. A esa misma edad me fui dando cuenta que disfrutaba la buena comida más de lo normal.

¿De dónde viene esa inspiración por el arte culinario?

La cocina para mí es ARTE, es poesía pura. Viendo a los “Picasso’s” de la gastronomía en la serie “Chef’s Table”, empecé a ver a la culinaria desde otra perspectiva. Si lo piensas bien, los chefs son artistas que tienen el reto agregado de que su obra tenga un sabor espectacular y, además, ¡que llegue caliente a la mesa! Son artistas de los cinco sentidos. Por eso la culinaria es, en mi opinión, la expresión de arte más completa que existe.

La cocina para mí es ARTE. Es poesía pura.

 

¿Cuándo decidiste combinar la gastronomía con la escritura, a través de tus atrapantes historias?

Se fue dando de manera natural. Cuando empecé Mandoka el objetivo era compartir recetas y placeres culinarios, eso era todo. Pero al momento de escribir los “captions” de mis fotos, no quería que fueran las típicas frases “Aquí tienen las mejores galletas!” “No se lo pueden perder!”, me parecía poco original. En la búsqueda de algo más auténtico y poético, fue que empecé a ponerme creativa con la redacción.

Si no me equivoco, todo empezó cuando pensaba en la descripción de mi sopa de poro y papa al romero, y lo que se me vino a la mente fue: “Este es un plato delicado, de sabores suaves; si tuviera género sería femenino sin duda. (…)” Esa fue la primera vez que le di cualidades de persona a un plato de comida y de ahí me fui inspirando cada vez más con cada receta que publicaba, hasta llegar a lo que hago ahora que son cuentos cortos.

El vino, infaltable en sus momentos de inspiración culinarios. Foto: Mandoka

¿Tienes algún ritual antes de tu encuentro con la comida?

Si entendí bien la pregunta, la realidad es que no tengo nada que haga siempre… cambia dependiendo del día y de la receta. Por lo general trato de cocinar con música y, si hay vino, me tomo un par de copas. Ahora que estoy con Mandoka trato de analizar al plato desde que empiezo el proceso de cocina, eso me ayuda a tener una idea sobre qué podría escribir sobre él.

¿Qué lugar ocupa la gastronomía en tus viajes?

¡Ocupa el lugar protagónico! Para mí, de lo más rico de viajar es conocer la gastronomía local. Trato de hablar con chefs, cocineros y de hacerme amiga de la gente para que me pasen recetas!!! Y si la sobremesa se extendió y no nos dio tiempo de ir a todos los museos, ¡ni modo! la hora de la comida es sagrada y jamás me van a convencer de ir a un lugar de comida rápida en un viaje. Yo como sentada, a mi tiempo y disfrutando.

Para mí, de lo más rico de viajar es conocer la gastronomía local.

¿Tu plato favorito?

Imposible escoger uno, pero hace poco probé unos agnolotti rellenos de cerdo braseado… casi me muero. En general amo todas las pastas rellenas y el ragù.

¿Lo que no puede faltar en tus recetas?

¡Cariño! Los ingredientes siempre pueden cambiar, pero mis recetas siempre se hacen con cariño.

¿Qué trae Mandoka para lo que resta del año?

Estoy emocionada porque por primera vez voy a tener mucho más tiempo para dedicarle a Mandoka. Desde que empecé he tomado clases todas las mañanas, eso me quitaba mucho tiempo. Prefiero que sea sorpresa pero, ¡esperen proyectos emocionantes!