Muy predispuesta, Marta nos recibió en su casa. Tomamos asiento en los sillones del living y poco a poco nos fuimos adentrando en su historia, sus pasiones, sus búsquedas y sus sueños.
¿Quién es Marta?
A Marta le gusta mucho la vida en casa, es una persona muy familiar. Ella es del signo cáncer y dicen que ese signo es muy apegado a su familia., y por eso disfruta al máximo haciendo actividades con ellos y con la casa.
Marta es mamá de cinco hijos y eso fue algo muy importante en su vida. “Los acompañé en el crecimiento de cada uno de ellos, traté de estar en cada momento. Si lo hice bien o mal, el tiempo o ellos mismos lo dirán”, agrega con una sonrisa.
Pero un día surgió otro camino para elegir. Y a pesar de algunos miedos y dudas por dejar atrás su trabajo, hoy no se arrepiente de haberlo hecho. “Después de 18 años de ejercer la profesión de odontóloga, sentí que este camino ya no cubría mis expectativas. La actividad intensa y la falta de posibilidades de realizar especialidades en Rafaela, hizo que tome la decisión de abandonarla por completo. Y después de pensarlo durante mucho tiempo, hoy puedo decir que no me arrepiento”.
“Luego vino una etapa de ama de casa, de mamá. Aprendí lo importante que es la presencia de la madre en la casa, la mirada, la contención y acompañamiento en las tareas”, nos cuenta entre recuerdos.
Un nuevo camino “Hace cuatro años cuando ya pensaba que había pasado mi tiempo de dedicarme a la política, el doctor Mársico me invitó a participar en su lista. Y ahí fue cuando empecé a participar en política, con el convencimiento de que, por más que no nos guste, es indispensable”, asegura Marta.
“Hay cosas que son deshonestas y hace que las personas que practican política se vean de esa manera. Pero no son todos iguales. Las cosas no están mal solo por los que las hacen mal, sino porque las personas tampoco intervienen en este proceso, no se interesan por lo que sucede”.
Marta fue una persona muy inquieta en su vida. Nació en Humberto Primo, estudió en Rosario y luego eligió Rafaela para quedarse. Pero también tuvo la posibilidad de vivir en el exterior.
“Viví tres años en Estados Unidos, acompañando a mi esposo que estaba haciendo un postgrado. Allí nació Victoria, una de mis hijas. En ese momento yo había terminado de cursar el último año de la carrera; luego vinimos a Argentina y ahí fue cuando me recibí”, explica Marta, recordando cómo fue su paso por el norte del continente.
“De esos años vividos allá me llevé una característica importante: acá vivimos dependientes de las decisiones políticas y de los políticos y en Estados Unidos eso no pasa. La gente puede pasarse días sin enterarse de las decisiones políticas que se están tomando, porque funcionan más organizados”.
¿Qué hacés en tus tiempos libres?
Me gusta mucho pintar, leer, la jardinería, hacer artesanías, cosas que las puedo hacer en mi casa. Descubrí muchos de mis hobbies luego de que dejé de ejercer la profesión y me dediqué más a mi hogar.
¿Cómo es un día en la vida de Marta?
Me levanto siempre temprano porque estamos participando activamente de la agenda política, pero es difícil mantener la rutina de las cosas que hacía antes. Desayuno y lo primero que hago es leer diarios en internet y en papel. Enciendo la radio y ya se empiezan a programar las actividades del día. Luego empezamos con las visitas a la gente por los distintos barrios, para escuchar lo que cada uno tiene para decir.
¿Cómo te definís en pocas palabras?
Me defino como una mujer honesta y sensible. A veces en las cuestiones políticas la sensibilidad me juega en contra, pero comencé a manejarlo, y en el justo equilibrio hace que uno no se vea dañado, y que se genere empatía con los demás.
¿Cómo te ves en diez años?
No sé cuánto tiempo va a seguir mi vida política, pero no creo que llegue a más de diez años. Me veo rodeada de nietos, muy ocupada de la familia haciendo mis cosas, leyendo, pintando; disfrutando de lo que uno va cosechando después de haber trabajado tanto.
En relación con este desafío que tengo hoy, me gustaría que en los partidos políticos haya cambios, que vayan cambiando las personas dentro de los partidos, y poder ser eficiente para cuando lo necesitan. Veo que hay muchos proyectos que no llegan a su fin. Uno de mis sueños sería ese, que se concreten las cosas buenas, y que se evalúen los resultados.
Ping pong Milénico ????
¿Un lugar? Italia
¿Frío o calor? Calor
¿Café o té? Té, siempre té y de todo tipo
¿Un color? Azul
¿Tu momento del día? Cualquier momento donde haya sol