Norte argentino: 10 lugares para visitar en Semana Santa

Estamos más que convencidos de que, antes de salir a conocer los diferentes países del mundo, es inevitable primero visitar y aprender de la cultura nacional.

Y el norte argentino es una zona que guarda infinitas historias que formaron y transformaron a nuestro país en todos los aspectos.

Fue en Tucumán donde se declaró la independencia de los reyes de España en 1816. Pero ese es solo un hito que marcó nuestra historia para siempre.

Salta y Jujuy también son provincias que invitan a conocer cada uno de sus paisajes. Uno más asombroso que el otro.

Así que, si estás pensando pasar la próxima Semana Santa en el Norte Argentina, te compartimos nuestro tour de viaje para que lo disfrutes a pleno.

La linda Salta

Los lugares, la cultura y el aire que se respira en esa bella provincia, son inexplicables.

La capital salteña es uno de los lugares que no podés dejar de visitar. El imperdible tren de las nubes y las tradicionales peñas que cada noche se preparan para recibir a turistas y lugareños con lo mejor del folklore argentino, son actividades para disfrutar a pleno.

Cafayate

Cafayate es uno de los lugares más lindos y pintorescos de la linda Salta. Con su gran cantidad de bodegas y viñedos, la ciudad de las peñas y los vinos deleita con sus cientos de tipos de uvas, ideales para degustar en un interesante recorrido guiado.

La plaza central es visitada por cientos de turistas cada día del año. Bares y restaurantes ofrecen lo mejor de la comida típica de la región, y por la noche músicos locales y de todo el país hacen bailar a los comensales.

Quebrada de las Conchas

Uno de los destinos infaltables es la Quebrada de las Conchas, un imponente lugar rodeado de montañas rojizas que bordean la Ruta 68 y las cuales obligan a hacer una parada cada pocos minutos para llevarnos imágenes únicas de una inmensa obra de arte natural. Durante el trayecto van apareciendo rocas gigantes con formas de tren, obelisco y castillos, hasta llegar a la majestuosa Garganta del Diablo, pasando también por La Yesera y El Anfiteatro.

Iruya

La mágica Iruya es otro destino inevitable. Un pueblito entre montañas que conserva su esencia y sus costumbres, y que vale la pena caminar. De esos lugares que se detienen en el tiempo.

En algún rincón de Iruya. Foto: Revista Milénica

Se accede únicamente desde la provincia de Jujuy, llegando a los 4200 metros de altura por caminos sinuosos que se hacen en bus o combi, con conductores capacitados de la zona. La gastronomía conserva las tradiciones salteñas: empanadas, locro, tamales, pero se también se ofrece la quinoa, las distintas variedades de papa andina y los asados de llama, cordero y cerdo.

El camino a San Isidro es uno de los más elegidos por los amantes del trekking. Dura aproximadamente 8 horas y se parte bien temprano, para evitar los fuertes rayos del sol.

Para hacerlo se sugiere llevar una pequeña mochila, protector solar, un litro y medio de agua, gorro y algún buzo o mangas largas para las horas más intensas. La noche se pasa ahí, en alguno de los ranchos de sus lugareños, rogando que el río no suba para al otro día poder emprender regreso.

Impresionante Jujuy

Rodeada de montañas de colores y un enorme desierto de sal, Jujuy es una provincia infaltable en tu viaje al norte del país.

Desde la maravillosa Tilcara, su impactante Purmamarca y la cálida Humahuaca, es un destino que deja sin palabras. Solo basta detenerse a contemplar el paisaje en cada rincón.

Tilcara

Es una de las ciudades jujeñas más elegidas y visitadas por turistas de todo el mundo.

Su corazón se encuentra en la Plaza principal donde cada día artesanos del lugar exponen sus trabajos minuciosos y dedicados que se convierten en souvenirs del turismo.

Históricas ochavas de Tilcara. Foto: Revista Milénica

Purmamarca

Callecitas de tierra y construcciones coloniales, hacen de Purmamarca un paseo inevitable al momento de recorrer Jujuy.

El camino de los artesanos comienza en la entrada y bordea la plaza principal, frente a la cual se encuentra la Iglesia Santa Rosa de Lima, declarada Monumento Histórico Nacional.

Por las calles de Purmamarca. Foto: Revista Milénica

Salinas Grandes

Otra belleza que ofrece la provincia de Jujuy y que es inevitable visitar si andás viajando por ahí. Muy cerca del paso fronterizo de Jama que limita con Chile, este enorme desierto de sal asombra con todo su esplendor.

Humahuaca

Es la última ciudad turística de la Quebrada, ubicada a 3000 metros de altura y al límite con la provincia de Salta.

Humahuaca tiene, sin dudas, un encano especial. Pasear por sus angostas callecitas de adoquines y aberturas antiguas, da la sensación de estar viajando a otra época. Basta con imaginarse los caballos y carruajes que transitaban por ahí hace más de 200 años para adentrarse en la historia de esta pintoresca y conservada ciudad.

Jujuy tiene infinidad de lugares para recorrer y contemplar. Incluso fue donde más tiempo pasamos.

Por eso decidimos contarte sobre los siete lugares imperdibles de Jujuy en una nota aparte.

 

San Miguel de Tucumán

La capital

Si andás con ganas de ver un poco de historia, la ciudad de Tucumán es ideal para eso. Pero te recomendamos que lo hagas de abril a octubre, porque en los meses de verano hace muchísimo calor, y la humedad se siente el doble.

El circuito histórico se puede hacer caminando ya que los lugares que engloba están uno cerca del otro. La Plaza Independencia, la Casa Histórica, el Monumento a la Libertad realizado por la artista tucumana Lola Mora; la Catedral, la Iglesia de San Francisco, la Casa de Gobierno son los principales íconos que alberga este interesante circuito.

Tafí del Valle

Es uno de los rincones más visitados en Tucumán.

Para llegar es necesario transitar 100 kilómetros de camino sinuoso, que pasa entre las húmedas y frescas yungas, que de a poco van haciendo adentrarse en el costado más natural.

En Tafí las cabalgatas y las artesanías son un clásico, y hacen de la ciudad una visita única y novedosa. El Valle de la Ciénaga, un impresionante mirador verde, es un buen lugar para quienes estén con ganas de hacer trekking durante su estadía por la provincia tucumana.

Amaicha del Valle

Ubicado a una hora de Tafí del Valle, a 2000 metros de altura, Amaicha es un pequeño pueblito donde el sol se hace sentir casi todos los días del año. Cálido de día y fresco por las noches, se caracteriza por ser el lugar donde se celebra a la Pachamama cada 1 de agosto. Es por eso que crearon el Museo de la Pachamama, que se encuentra en la entrada del pueblo, y donde se pueden apreciar pinturas y esculturas con motivos religiosos y culturales, de las tribus que habitaron la región calchaquí.

Amaicha tiene un pequeño centro donde los bares, heladerías y restaurantes toman protagonismo, recibiendo cada día a cientos de turistas de Argentina y el mundo que llegan para descansar y disfrutar de sus vacaciones.

Uno de los lugares interesantes para visitar en el pueblo es “El Remate”, un atrapante rincón natural escondido entre grandes rocas y cascadas. Desde el pueblo, se puede llegar en auto o caminando, haciendo un lindo trekking por un sendero natural que regala paisajes increíbles. Una vez que llegas a destino, no hay nada más lindo que refrescarse en las aguas donde desembocan las cascadas, o disfrutar de un merecido picnic en medio de la naturaleza.

Ruinas de los Quilmes

Ubicadas en el límite que une a Tucumán y Salta, suele ser el lugar más turístico de Amaicha, y al que la mayoría de los viajeros llega para conocer la historia de los nativos que vivieron allí.

Una enorme e impactante fortaleza de piedras, que lograron mantenerla en el tiempo, alberga las casas, sitios donde cultivaban maíz, poroto, zapallo, quinoa y otros granos típicos del norte. Además, existe un área de corrales para la cría de animales que llevaba adelante esta comunidad, una de las más avanzadas en conocimientos de arquitectura y organización social, la cual dio una larga batalla a la conquista de los españoles quienes, finalmente, terminaron con ellos, obligando a los sobrevivientes a ir a pie hasta el sur de Buenos Aires (zona que hoy lleva el nombre de Quilmes) para ser prisioneros.

Antes de subir a las ruinas, es aconsejable comenzar por el museo que guarda parte de la historia, para así poder entender qué actividades hacían y cómo desarrollaban su comunidad dentro de la fortaleza.

Es imprescindible llevar gorro, protector solar y ropa cómoda para poder subir sin problemas.

En las Ruinas de los Quilmes