San Marcos Sierras: calidez y naturaleza en tierras cordobesas

Cada vez se hace más necesario conectarse en profundidad con la naturaleza y alejarse por un momento del ensordecedor ritmo de la ciudad. Para esos momentos de encuentro con uno mismo, San Marcos Sierras es una buena opción.

A 140 kilómetros de la capital cordobesa, se encuentra este pueblito con aire norteño donde cientos de personas eligen disfrutar cada fin de semana. Y es que San Marcos lo tiene todo: naturaleza pura, túneles vegetales, un cálido y cristalino río y un acogedor centro donde las calles de tierra y las construcciones rústicas no pasan de moda.

Todo está intacto y hasta pareciera que el lugar se detuvo en el tiempo. Sus habitantes promueven el respeto por la naturaleza y en especial por los animales.

En San Marcos no hay reglas para seguir. Solo es necesario respirar profundamente y respetar a la madre tierra que está muy viva en este lugar.

La plaza, rodeada de árboles y esculturas realizadas en tronco, también es de tierra, y cada día se ve atravesada por la gente del lugar que se sienta en sus rústicos bancos a disfrutar del aire puro.

Cada noche, especialmente los fines de semana y en los meses de verano, los restaurantes y barcitos que rodean la plaza se encienden y sacan sus mesas y sillas a la calle para esperar a los comensales. Una gran variedad de comidas como parrillas, pastas y pizzas, convoca a los visitantes, pero también le dan un espacio importante al menú vegetariano, el más elegido por los habitantes del lugar que buscan acercarse constantemente a lo natural y orgánico.

Los fines de semana, los feriantes de San Marcos se preparan para exponer sus productos confeccionados de manera artesanal en la tradicional feria de artesanías. Sahumerios, palo santo, cremas orgánicas, yuyos para hacer té y artículos rústicos de decoración, son algunas de las tantas cosas que se pueden encontrar en la feria, donde entre mates, música y mascotas, los artesanos disfrutan del momento más esperado.

La conexión de internet no es muy buena, pero conectarse con las personas y la naturaleza es mucho mejor.

Si estás buscando descansar de las pantallas y alejarte por un momento del estresante mundo moderno, te recomendamos que te des una vueltita por San Marcos Sierras. Una vez que lo conozcas, te va a dar muchas ganas de volver.

Mágico Río Quilpo

Es el lugar más elegido, tanto por los habitantes de San Marcos como así también por los turistas. La calidez del agua y su color cristalino, permite ver el fondo donde peces y tortugas acuáticas se mueven muy cómodamente.

La naturaleza que rodea el río es asombrosa, y más aún en primavera y verano, cuando todo se ve florecido y se puede disfrutar de las siestas bajo la sombra de los árboles.

Uno de los lugares más lindos del Quilpo es en las famosas “3 piletas”, un espacio para acampar y alejarse totalmente del movimiento y el ruido. Caminando por las piedras que parecieran estar puestas de manera perfecta, se llega a cada una de las piletas, hasta la tercera y última que es un verdadero oasis de hasta seis metros de profundidad.

Otro lugar imperdible de este fantástico río es el Vado López, ubicado a algunos kilómetros más de las “3 piletas”. Se puede llegar cómodamente en auto y, si no hace mucho calor, es un lindo camino para hacer a pie. Allí las vacas, cabras y caballos pasean entre la gente, como si fueran una parte más del paisaje.

“Los duendes del bosque”: un lugar para descansar y disfrutar de la naturaleza

Ubicado en callejón Los Duendes, a 2 kilómetros del centro de San Marcos Sierras, Bungalows Los Duendes Del Bosque es un lugar mágico, ideal para descansar y disfrutar de la paz  y el esparcimiento en pleno contacto con la naturaleza.

Hay dos maneras de llegar hasta el lugar. Una es entrando por Avenida Cacique Tulian (la calle que ingresa desde la Ruta 38), dejando atrás la localidad de Los Sauces, doblando a la izquierda se encuentran los túneles vegetales, recovecos de tierra rodeado de árboles que forman una especie de túneles verdes y frescos.

Otra opción es llegar hasta el centro del pueblo hasta calle San Martín (una de las que bordea la plaza principal). Desde ahí hay que continuar hasta la entrada de los túneles, donde hay varios carteles que indican todo lo que podés encontrar en ese pasaje, uno de ellos “Los duendes del bosque”.

El complejo está integrado por siete cabañas/ bungalows para cuatro y seis personas, equipados con cocina, heladera, utensilios, juego de sábanas y toallas, tv por cable, WiFi en todo el predio; piscina, quincho y cocheras. Está abierto todo el año y las mascotas también son bienvenidas!

Museo Hippie: la historia de un movimiento cultural en un museo

Es otro de los asombrosos rincones que guardan los túneles vegetales de San Marcos. Entrando por avenida San Martín, la rústica casa construida en 2001 por Daniel “Peluca” Domínguez recibe cada día a los visitantes que llegan de diversas partes del país y del mundo, a escuchar la intrigante historia del hippismo que tiene sus orígenes en la década del sesenta, y que de a poco fue llegando a la Argentina para asentarse en lugares como San Marcos Sierras.

Durante la década del setenta, numerosos grupos de jóvenes provenientes de Buenos Aires y otras provincias se instalaron en San Marcos para alejarse de la sociedad de consumo, trabajar la tierra sin contaminarla, potenciar la libertad, promover la paz y vivir de manera comunitaria y en armonía con la naturaleza.

El museo no es muy grande, pero alberga un vasto e interesante material de una de las épocas más cuestionadas de la historia. Un texto original de Alfonsina Storni, una obra de Marta Minujín, una guitarra que perteneció al músico Tanguito, una bolsa artísticamente intervenida por Yoko Ono, el libro Postcards from the boys de Ringo Starr firmado por su autor y un vinilo original de la primera edición de Please Please Me de The Beatles, del cual solo existen dos copias en el mundo.

San Marcos Sierras invita a disfrutar de un sinfín de propuestas turísticas que la posicionan como el destino perfecto para el descanso y el disfrute de las cosas simples: escuchar el sonido de los pájaros, caminar entre los túneles vegetales, observar el arte y la cultura del pueblo, recorrer sus espacios naturales.