“Siento que el humor es una de las herramientas más poderosas con las que cuenta el ser humano”

Edipo y Yocasta es un texto de Mariano Moro que pone énfasis en el valor de las relecturas y actualizaciones de los mitos, la recuperación e invención de datos para seguir captando la atención del lector o espectador contemporáneo, y la importancia de la parodia como tratamiento para revitalizar y continuar problematizando cuestiones referidas a la humanidad.

Antonella Fernández Pabón, directora general de esta obra, nos cuenta cómo fue su experiencia como primeriza en este rol, su mirada sobre el humor, y la elección de esta maravillosa y trágica historia.

¿Cómo nace Grupo Metonimia?

El Grupo Metonimia nace a mediados del 2015 cuando éramos estudiantes en la Escuela Provincial de Teatro de Santa Fe. Es en una de las cátedras donde se nos pide como trabajo final dirigir un fragmento de una obra que elijamos. Conformamos una pareja de dirección con Camila Valcart y cuando convocamos a los acores logramos conformarnos como equipo de trabajo. Luego abordamos el texto de Mariano Moro. Y desde entonces hasta hoy, Metonimia sigue vivo con intenciones de seguir profundizando el trabajo en equipo, creciendo y aprendiendo constantemente del otro y de las situaciones a las que nos toca enfrentamos.

Eligieron Edipo y Yocasta, una obra del autor y director marplatense Mariano Moro. ¿Por qué esa elección?

Hacía un tiempo que con Camila trabajamos otro texto de Moro llamado “Fraternidad” en donde interpretábamos a dos hermanas. Luego, a mitad de ese año, nos conformamos como pareja de dirección para rendir una materia y comienzo a leer un libro de varias obras de Moro. Entre ellas estaba “Edipo y Yocasta. Tragedia grecoide con humor add hoc”. Me tocó leerla en uno de los tantos viajes de Santa Fe a Paraná y me encontré con un texto plagado de guiños con la actualidad que me llevaron a la risa enseguida. Ahí supe que un texto clásico si no dialoga con el presente, es un texto que agoniza. Es un texto que comienza a descascararse. Moro nos abrió la puerta del confesionario de personajes que de la mano de Sófocles nos parecían distantes y conservadores. Su profesión de psicólogo creo que fue lo que hace de su dramaturgia un pasaje a lo profundo de cada personaje. El malo no es tan malo y el bueno no es tan bueno. Nos plaga los personajes de dobleces que los hacen sumamente cercanos.

¿Cómo fue el proceso de convertir una historia tan trágica en un espectáculo de humor?

Siento que el humor es una de las herramientas más poderosas con la que cuenta el ser humano. Alguien que no aprende a reír de sí mismo es alguien que no se le anima al espejo. El humor nos pone de cara a lo que acontece, tiene sus tiempos para aparecer, y cuando lo hace en presencia de algunos, es donde aporta su grandeza. Una tragedia con humor es nuestra vida, quizás más tragedia que humor. Tal vez porque sea universal lo trágico, es que lo cómico nos acerca al aquí y ahora. Aunque en lo cómico también está lo universal; a varios nos hace reír lo mismo en relación con lo cultural. En el montaje de la obra nos dábamos cuenta de que lo trágico siempre devenía en algún momento. No lo buscábamos y aparecía. Era “lo fácil”, el lugar más común. En cambio, en el aspecto cómico que trabaja el coro, trabajamos desde la técnica del clown para llegar a buscar esa esencia que necesitábamos para que sea gracioso, pero a la vez no canse al actor y no anticipe con sus gestos, ya que lo cómico allí desaparecía. Cuando intentaban hacerse los graciosos dejaba de ser interesante el trabajo. Aun así, es algo muy difícil que no dejamos de trabajarlo.

Una tragedia con humor es nuestra vida; quizás más tragedia que humor.

¿Cómo fue tu experiencia como directora de Edipo y Yocasta?

Mi proceso como directora está atravesado de una constante crisis. Creo que debe ser porque soy primeriza. En el terreno teatral encuentro a la actuación como mi mejor aliada, lejos de la dirección que me confronta todo el tiempo conmigo misma. Al tomar decisiones acerca de un montaje, de una puesta en escena, atravieso un nivel de adrenalina, miedo, ansiedad, culpa, satisfacción, alegría, angustia, enojo…además de una carga con otras responsabilidades de tamaña envergadura que son el trampolín a una pileta que todavía no está llena. Siempre digo que arranqué a dirigir porque fue algo circunstancial, no porque lo haya elegido.

En el terreno teatral encuentro a la actuación como mi mejor aliada.

¿Qué lugares visitaron con esta obra?

Esta obra ha visitado lugares muy importantes para los que hacemos Metonimia. Tuvimos un estreno cargado de emociones en mi ciudad natal, Paraná. Realizamos varias temporadas en Santa Fe donde nos han venido a ver nuestros maestros, como Raúl Kreig entre otros/as. Hemos tenido la suerte de realizar una función para la Escuela de Espectadores que lleva adelante el crítico argentino Jorge Dubatti con quien hemos tenido un espacio para compartir una charla sobre Metonimia. Llevamos también la obra a San Justo, ciudad de Santa Fe, de donde son dos de nuestros compañeros y ha sido de gran alegría para quienes han visto a esos actores dar sus primeros pasos en el Teatro Cosmopolita. Creemos que tenemos que acordarnos siempre de dónde venimos, nunca creernos nada que no somos. Lo que quiero decir con esto es que nunca vamos a saber cómo vamos a terminar o que vendrá luego pero que lo importante de vivirlo en grupo es que nuestro fuego interno no se apague por nimiedades.

Creemos que tenemos que acordarnos siempre de dónde venimos, nunca creernos nada que no somos.

¿Hacia dónde siguen luego de Rafaela?

Luego de Rafaela queremos llegar a otros públicos y seguir recorriendo espacios independientes. Hoy en día ese es nuestro micro-combate en una sociedad tan lastimada. El humor que nos proporciona Edipo y Yocasta es para todos. Desde el adolescente que está por irse a Bariloche hasta la Docente que espera ansiosa jubilarse. No deja afuera a nadie y eso hoy en día es una política de acción necesaria.

Entrada general: $150
Estudiantes, jubilados, socios y alumnos de taller de teatro Centro Ciudad de Rafaela: $120

Foto de portada: Pamela Bertona