Proyecto Bufanda surge en nuestro país vecino, Chile, donde, al igual que en Argentina y en muchos países del mundo, existen personas viviendo en situación de calle.
Investigando en las redes, encontramos este grandioso proyecto, el cual fue creado por Jorge, con la simple premisa de ayudar y enseñar de qué se trata ser solidario. Tuvimos la oportunidad de hablar con él quien, muy predispuesto, contestó todas las preguntas que teníamos para saber más sobre Proyecto Bufanda.
¿Cómo y cuándo surge esta idea?
La idea surge a mediados de junio de este año. Iba caminando con mi hija de 11 años por un lugar donde hay muchísima gente en situación de calle. Ese lugar se llama Portugal y queda en Santiago de Chile. Paso por al lado de una persona que estaba durmiendo, miro a mi hija y no atino a decir nada. Ella me miraba y no decía nada. Llegué a casa con una sensación súper incómoda.
Me quedé pensando en lo que estábamos haciendo, en lo que esto le generó al cerebro de mi hija y a todos los niños, que era normalizar una situación. La de ver a un ser humano durmiendo en la calle y pasando frío, sin hacer ni decir nada, es una situación normal y esa es la transferencia que yo estaba haciendo con la información.
Soy viajero también, y recordé que vi un proyecto parecido en Montreal donde la gente dejaba bufandas en los árboles para el que pasara tomara una. Cualquier persona, no solo en situación de calle, con un cartel que decía “Si lo necesitas es tuya, tómala y úsala”.
Decidí hacer esto con un poco más de producción. Me metí en Internet, cree una página aprendiendo, hice un contenido y me lancé a influenciar con mis amigos, con el objetivo de decir que todos podemos hacer algo, por poco que sea, y le conté esto a mi hija para que vea que todos podemos aportar algo.
Esa es la esencia principal del proyecto. Más allá de entregar la bufanda es que todos podemos hacer algo, entregar algo más, no solo una bufanda.
¿Cómo responde la sociedad ante esta propuesta solidaria?
Esto tiene varias respuestas. A la gente le gusta, pero es muy virtual aún. Hay lugares en donde se está haciendo pero es mucho darle “me gusta” y compartir, pero en realidad creo que tengo más “likes” que bufandas en la calle y eso me preocupa. Es terrible porque todavía no se entiende la esencia de que un “like” no hace nada.
Me preocupa un poco que el “like” sea el placebo de la conciencia de muchos de nosotros en Chile y en otros lugares del mundo. Si bien hay mil bufandas en el país probablemente tengamos cinco mil me gusta y eso no es la respuesta que yo esperaría.
Esa es la esencia principal del proyecto. Más allá de entregar la bufanda es que todos podemos hacer algo, entregar algo más, no solo una bufanda.
¿En qué lugares del país saben que se lleva a cabo el proyecto?
Tengo información de la zona principal en Santiago de Chile, también en Talca, Rancagua que son sexta y séptima región respectivamente; un grupo Scout en Antofagasta que es la segunda región y en Quintero que es la quinta región.
En Santiago funciona más, tal vez porque tenga mayor zona de cobertura, o porque la gente se anima más.
Cómo explican que este proyecto «no pretende cambiar la situación de las personas en abandono o riesgo social, sino mejorar las condiciones durante el invierno. Es asistencialismo y no me siento nada mal por eso».
Esto necesariamente debe llevar una discusión, que estemos hablando esto y que la Revista Milénica esté interesada pretende generar la discusión, no cambiar la situación de la persona con riesgo de calle. Si eso ocurre perfecto, pero esa es una meta a gobierno. Mi meta principal es movilizar a la gente a que puedan ayudar.
Muchas veces cuando decís eso te dicen “eso es asistencialismo, no cambiás nada, el próximo invierno la gente va a estar en la calle”. Yo trabajo con gente de la calle porque apoyo a la Cruz Roja y hay gente de calle que no quiere irse a vivir a una casa.
Mi meta principal es movilizar a la gente a que puedan ayudar.
El proyecto no es solamente para esas personas, sino que también es para la gente inmigrante, el que necesite. Esto transmite el espíritu de solidaridad.
¿Cómo ven a las personas, si tienen la oportunidad, que son ayudadas por este proyecto?
Además de dejar bufandas en las calles para que la gente las tome, fui personalmente a entregarle a personas y lo reciben súper bien. También hemos dejado ropa interior y la gente lo recibe bien.
Muchas veces la gente es tímida, entonces se lo dejamos cerca y cuando lo toman nos damos cuenta de que se ponen contentos.
¿De qué otra forma puede colaborar la sociedad?
La sociedad puede participar de muchas formas. No por no estar en una organización formal no está ayudando. Puede ser entregando cuadernos, visitando a algún abuelo.
En Santiago hay por lo menos muchas personas en un sector que son viejitos y que nadie las ve y nadie se preocupa. En frente de mi casa hay una señora que vive y tiene 86 años y le dejé mi teléfono para que me llame si necesita algo.
Nadie es tan viejo ni tan pobre ni tan joven u ocupado como para no poder entregar algo. Salir con tu bufanda, dejarla en un árbol con una bolsa y un mensaje que diga “toma y hazlo” es un gran aporte.
Aquellos que tienen hijos también, no hay más solidaridad en el mundo y no se enseña más. Cuando tomamos este proyecto y lo llevamos a las clases ellos pintan y luego podemos conversar sobre esos temas, enseñando a los niños a ser solidarios.
Nacemos solidarios por esencia, pero va desapareciendo porque estas situaciones de ver a un humano en el suelo se naturalizan y el hecho de ser solidario parece que fuera solamente para las organizaciones.
¿Creen que pequeños pedazos de cada uno pueden hacer grandes cambios?
Si, totalmente. Creo que el hecho de pensar globalmente y actuar localmente es lo que hay que funciona.
Pequeñas personas en pequeños lugares, haciendo pequeñas cosas, construyendo un mundo mejor.
Soy un particular que me lancé con mi idea y está funcionando, creo que todos podemos hacer eso. Tenemos que ser el cambio que queremos ver en el mundo, todos podemos aportar y transmitir la idea de que se puede, practicar con la acción y no con el discurso. Cuando uno hace las cosas se dicen y explican por sí mismas, eso impacta mucho más.
Conocé más sobre Proyecto Bufanda en www.proyectobufanda.com
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